miércoles, 24 de febrero de 2010

EL CAMINO INGLÉS

Era la ruta preferida por los peregrinos procedentes de los Países Escandinavos, Flandes, Los Países Bajos, el mundo del Báltico, el Norte de Francia y, ante todo, por los romeros ingleses e irlandeses para llegar a Galicia. Los peregrinos arribaban a las costas gallegas en embarcaciones de poco calado (navíos de transporte de mercancías, cocas, etc.) que podían llegar con facilidad a cualquier rincón. Se tienen noticias documentales de desembarcos de este tipo ya en el siglo XI, como el realizado por una expedición danesa iniciada en Dinamarca desde las costas inglesas hasta La Coruña. En la expedición viajaban algunos Cruzados, que hicieron escala en Santiago para visitar el sepulcro del Apóstol antes de llegar a Jerusalén. Los peregrinos que escogían el Camino inglés encontraban la protección de los monasterios y los hospitales; así, por ejemplo, desde el Ferrol y La Coruña el camino era más leve gracias a la Orden Hospitalaria del Sancti Spiritus; a partir del siglo XIV se sumará a ella, en la protección de los romeros, la Orden Franciscana. La andadura de los peregrinos hasta el sepulcro del Apóstol arrancaba desde los puertos de La Coruña o El Ferrol. En las zonas de mayor importancia estratégica se levantaron torres de defensa. El siglo XV constituyó el momento de esplendor para esta bella ruta, impresionantemente rica en patrimonio histórico- artístico. Se dice que tan sólo en un único Año Santo, peregrinaron a través de él 3.000 romeros.

MAPA DE RUTA

ETAPAS

1.- FERROL - MIÑO
2.- MIÑO - BRUMA (MESÍA)
3.- BRUMA (MESÍA) - SIGÜEIRO
4.- SIGÜEIRO- SANTIAGO DE COMPOSTELA

HISTORIA DE SUS CIUDADES PRINCIPALES FERROL

De sus orígenes castreños se conservan muy importantes vestigios. Pasada la dominación romana, llega la ciudad a su periodo histórico más importante y extenso: La Edad Media. La primera referencia documental sobre su origen se remonta al año 1087. El Camino de Santiago marcará de modo indeleble la historia y el carácter de sus habitantes.

Tras más de tres siglos bajo el dominio de la Casa de los Andrade, el siglo XV le hará protagonizar la primera de las infructuosas revueltas Irmandiñas, en 1431 y liderada por Roi Xordo.

Durante el siglo XVI, Felipe II lo convirtió en un punto neurálgico de defensa. Este carácter militar de la ciudad se terminó de definir en el siglo XVIII con el advenimiento de la dinastía borbónica.

Los siglos XIX y XX supondrían para la ciudad una época de vaivenes y agitaciones históricas similares a las sufridas por el resto del país.

MIÑO

Ocupada desde la Prehistoria, como toda la Comarca de As Mariñas, cuenta co importantes restos arqueológicos. De todos los restos encontrados, destaca el hallazgo, realizado en Bermaño, de aproximadamente dos mil monedas romanas de plata y bronce.

De la cultura castreña, sólo resta el topónimo Castro, que bautizó al Ayuntamiento, y los restos del de Loios, encontrados bajo el cementerio parroquial de Miño.

Uno de los documentos más antiguos referido a Miñohace referencia al coto de Santa María de Miño, perteneciente en el siglo XII a la bailía templaria en la localidad de O Temple.

Extinguida la Orden del Temple, a comienzos del siglo XIV, el señorío de Miño pasó a manos de la familia Andrade, que donó las propiedades de la feligresía al Monasterio de Montefaro.

En el siglo XVI la población rondaba los doscientos habitantes, dedicados principalmente a la pesca y el cultivo de la vid, bajo el señorío del conde de Sarria.

El escudo del Ayuntamiento de Miño, de 1979, tiene una capilla románica, en clara alusión a la desaparecida iglesia templaria del castro de Loios; las ondas azuladas responden a su carácter marino. La corona que remata el escudo recuerda su carácter de señorío realengo.

BRUMA (MESÍA)

Las tierras de este municipio le fueron concedidas a un tal Gómez Pérez das Mariñas por el rey Juan II, en el siglo XIV, en régimen de Señorío y Tenencia. El caballero era, igualmente, Señor de A Coruña y de As Mariñas y poseía una torre en Mesía, heredada tras agrias luchas entre varios nobles y arzobispos de Santiago de Compostela. Durante la tristemente célebre revuelta de los lrmandiños, en 1467, fue derribada. Reconstruida de nuevo, le fue concedida a Gonzalo Díaz.

Sus habitantes ven pasar los siglos sometidos al tradicional régimen feudal. Tendrá que llegar el siglo XIX y el desgraciado episodio de las Guerras Carlistas para que Mesía entre en la Historia con mayúsculas. Don Carlos, pretendiente al trono, proclamó abanderado a Antonio López en Mesía. Era éste un antiguo oficial integrante de los «voluntarios realistas», y primer jefe de las partidas carlistas combinadas.

SIGüEIRO

Los primeros restos arqueológicos encontrados en el municipio datan de época megalítica, como el dolmen de Vilar de Arriba encontrado en Deixebre. De la cultura castreña destacan los castros de Vilalbarro en Deixebre y el de Marzoa, además de los restos del llamado Tesoro de Recouso, encontrado en Marzoa y datado entre los siglos V y IV a. C., que consiste en un conjunto de cadenas y colgantes de oro. Es posible que la villa de Sigüeiro sea la mansión romana de Trigudum, que se encontraba en la vía romana de Braga a Astorga.

En la Edad Media formó parte de la jurisdicción de Montaos, al igual que los territorios de Trazo y Órdenes. Esta jurisdicción abarcaba desde el río Tambre hasta el monte Xalo. Consta la existencia de la misma al menos desde el año 1124, fecha en la que se firmó una donación del rey Alfonso VII al obispado compostelano. En este lugar se construyó un puente en el siglo XIV, por orden de Fernán Pérez de Andrade, El Bueno. El llamado Camino Inglés de peregrinación a Santiago pasaba y pasa por este municipio. Durante el Antiguo Régimen las parroquias que integran el municipio de Oroso pertenecían a la jurisdicción de Folgoso, señorío del conde de Altamira, a la jurisdicción de Mesía, administrada por el arzobispo de Santiago de Compostela y a la de Sigüeiro do Deán, señorío del deán de Santiago de Compostela.

La proclamación de la constitución de 1812 supuso la abolición del régimen señorial y su sustitución por una administración territorial. En aquel momento se produjo la creación de los municipios de Pasarelos y Oroso. En 1823 el rey Fernando VII derogó la constitución, hecho que supuso la supresión de estos municipios y la restauración del régimen señorial. La definitiva recuperación del municipalismo se produjo en 1835, cuando se constituyó el municipio con sus límites actuales. En 1846 tuvieron lugar en Oroso los enfrentamientos entre las fuerzas lealistas al gobierno y las de los liberales sublevados al mando del coronel Miguel Solís cerca del puente de Sigüeiro.